Ignosco

Gracias, porque a través del dolor puedo ver de lo que huyo; puedo verme, aunque me resulte insoportable. Me miro en el reflejo de tus ojos, desfigurada, perdiéndome en la inconsciencia de mis acciones, equivocadas para quienes miran desde afuera e inocentes para nosotras. No sientas vergüenza, porque sé que te sientes perdida y confundida; las contradicciones te habitan. Estoy aquí para aliviar tu ansiedad y para darte lo que necesitas escuchar en mi voz, aquello que tu corazón anhela de mí.

Perdóname por olvidar cuidar de ti, por no darte el abrazo que te calma, por no decirte al oído que todo está bien y que solo necesitas de mí para perdonarte, para decidir lo que no permites y los límites que puedes cruzar en nombre del amor. Pero, por favor, perdónate, porque yo no tengo nada que perdonarte. Solo puedo acogerte en mis brazos y decirte cuánto siento tu dolor, tu duelo, tus pérdidas, el abandono y las ausencias. Pero tú no eres ellas; eres libre cuando me sigues, cuando tu guía te lleva a la luz, te acompaña en el viaje donde despertamos juntas en un universo paralelo e inconsciente. Sé que quieres escapar y rendirte, pero ríndete de verdad. No pelees contra las olas; tus brazos se cansarán y el aire te consumirá.

Comentarios

Entradas populares