Mi Niña de ayer

Mi niña de ayer, mamá nos ha cantado un cuento, lo ha leído con los labios entre su aliento y entre su cansancio. Te ha cobijado los pies y los calienta con sus manos, mientras sube por tu pecho y respiras naturalmente con una leve curva en la comisura de tu boca. No quieres que quite sus manos, no quieres que se aparte de tu cama y al más pequeño movimiento, te despiertas, pero mamá vuelve a ti. Cuida tu sueño, tu miedo y te protege de los monstruos que te acechan, esos que distorsionan tu realidad y te ahogan.  


De repente, te acuerdas que habías dejado tu gelatina favorita en la nevera, ese ser extraño te persigue, te la arrebata de un solo golpe y se la mete en su boca.  

Te has despertado, las ventanas vibran con tu llanto y tus gritos, corres hacia la cocina, buscas desesperada tu gelatina y alguien se la ha comido. Te sientas en el piso a lamentarte. Era real y lloras desconsolada. Mamá preocupada te alza y te dice que todo está bien, que mañana hará más para ti, pero no querías otras, solo esa. 


Después de un par de horas, tus ojos comienzan a apagarse por el cansancio, mami pone sus manos en tus ojitos para que baje un poco la hinchazón y tus bracitos rodean su cuello. 

Finalmente, duermes en su regazo mientras ella termina sus labores. Te observa y bendice el momento en el que naciste, tu presencia recarga de energía a mamá... Tan calientito se siente que nada perturba tu sueño junto a mami.






Comentarios

Entradas populares