Soliquio

Tú, amor. Que te encoges y te aferras al tiempo, te guardo y atesoro, pero te asientas. Me lloras y me anhelas, me piensas y me extrañas en los simples y complicados eventos. Te soñaba, te cuidé como pude, como supe. Ahora te anidas, pero no floreces; tus retoños son tardíos, y ni la luz ni el agua fluyen hacia tus raíces ¿Cómo te rescato del olvido, del llanto y la ausencia?

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