Mamita, ilumina mi camino
Que la luz no brille tanto como para cegarme, pero sí lo suficiente para ver por dónde andar. Déjame elegir, pero agárrame cuando me caiga. Sosténme cuando tenga miedo. Que tu mano nunca me falte, y tu confianza me llene de la seguridad de saber quién soy. Que, sin titubear, avance. Y siga soñando. Que nunca, nunca dejemos de soñar. Soñar con un jardín. Con una casa de ventanas tan grandes que la luz no se pueda cubrir. Tan cálida que no quiera salir de ella. Donde me tome todos los tés y los cafés en una vajilla con flores pintadas a mano, que hace de cada sorbo algo único. Soñar con un trabajo que aún no descubro, pero que me haga levantar emocionada, porque algo nuevo empieza, algo nuevo aprenderé. Que confíe en mis líneas, aunque solo me lea yo.